En mí las palabras tienen un efecto parecido a la cafeína: me despiertan y me ponen nerviosa.
Pero no todas. Las palabras buenas, esas que notas cómo se clavan y luego recuerdas. Habladas, escritas, oídas, leídas, deletreadas… Me da igual.
Esas palabras son las que busco y espero encontrar aquí. Sin importar el tema. Independientemente incluso de quién lo hace. De dónde. De cómo.